¡Que alguien me lo resuelva!
En la actualidad, cuando tenemos un problema siempre queremos que haya alguien que nos lo resuelva, y precisamente ahora en muchos de los temas queremos reclamarle o exigirle a las autoridades o al gobierno que sean quienes nos ayuden a resolver cualquier problema que se nos presente.
Como un ejemplo, tenemos que recientemente vivimos una crisis hídrica que no tenía precedente en el estado y todos queríamos seguir gozando de tener agua en nuestras llaves que hay en nuestra casa, todo el tiempo, y así todo mundo nos pusimos a exigirle a las autoridades del estado de Nuevo León, incluso a las autoridades federales de que vinieran y dejaran lo que estuvieran haciendo para que resolvieran el problema que nos estaba afectando, no sólo la oportunidad de vivir y de tener los satisfactores vitales como es el baño, el aseo, la preparación de los alimentos, etc., sino que además queríamos que fuera con la comodidad de que el vital líquido estuviera inmediatamente saliendo por los grifos de nuestras tuberías en nuestras casas.
Así las cosas, también se nos presentan problemas de movilidad, donde hay atorones viales o embotellamientos y queremos que aparezcan rápido los agentes de tránsito a resolver las cosas sin tener la más mínima reflexión de qué es lo que está causando el problema, si es que algún otro ciudadano se haya quedado con su auto averiado o alguien que tuvo alguna colisión y que por lo pronto está causando el embotellamiento o el atorón.
De igual manera en cada uno de los temas que se presentan como problemas en nuestra área metropolitana como lo es hablar de calidad de aire o contaminación atmosférica.
Si te sientas a dialogar en una mesa de café con amigos y pones el tema sobre la mesa, cada uno de los participantes tiene un destinatario para pedir que se le cierre su empresa, sin importar qué tan necesaria es su operación para la vida económica o dentro de las cadenas productivas de valor.
De una manera simple y sin el mayor análisis nos pasamos echando culpas de que otro sector es quien afecta más y así habrá quien se refiera a la industria de la caliza, mejor conocidos como pedreros; luego hay quien quiera cerrar Pemex en sus instalaciones de Cadereyta; las empresas de la industria metal mecánica o fundiciones que existen en nuestra área metropolitana; también hay quien quiera disminuir el uso de los automóviles o de los camiones.
En fin, todos queremos que los demás sufran las consecuencias de los actos de autoridad como si ésta sólo debiera atender caprichos y señalamientos sin fundamento técnico ni jurídico.
Insisto, todos queremos que otros vengan a resolver nuestros problemas.
En la actualidad venimos proponiendo que es tiempo de cambiar la forma de ver y atender los problemas, particularmente hablar de este importante tema de la calidad del aire, todos los días propongo a las personas con las que me toca dialogar que debemos modernizarnos y dejar de señalar culpables para pasar a una nueva y mejor manera de atender las necesidades vitales de nuestra comunidad.
A los que residimos en el área metropolitana de Monterrey, a los que aquí nacimos hace ya más de 50 años nos consta que esta industriosa comunidad ha sido generadora de empleos y de muchos recursos, o como dicen ahora, es una metrópoli que genera riqueza.
Pero a muchos de nuestros industriales, académicos, científicos y actores sociales, para incluirnos a todos, se nos quedó pendiente una gran asignatura, que es y seguirá siendo, que es muy importante crecer en la economía.
Este crecimiento también trae expansión territorial o desarrollo urbano; en nuestro caso, crecimos a lo sonso, en muchas cosas, pero se olvidó nuestra gente de no dejar que crecieran los problemas de contaminación, pensamos en cómo ganar dinero pero no cómo limpiar el aire, y este comportamiento nos tiene hoy bastante complicados, sobre todo cuando hay inversión térmica.
La propuesta actual es cómo le ayudo a mi comunidad para atender correctamente este tema: ¿qué está a mi alcance?, ¿mi auto, mi asador, mi empresa, el dejar de usar pirotecnia?.
En fin, cada quién podemos hacer algo por la calidad de nuestra fuente de respiración.
¿Queremos aire limpio?, hay que procurarlo, tener en cuenta que no se compra en tiendas, ni con fabricantes, pero sí podemos hacer acciones para dejar de ensuciarlo y generar métodos de purificación como lo es reforestar.