La institucionalización de una dictadura

Hoy la Corte tiene la última palabra. Le toca tomar una decisión histórica y definitiva.
Morena y sus aliados votaron para regresar a México a la era del fraude. Para que López Obrador eche a la basura los votos de los ciudadanos e instale de una vez por todas una dictadura.

El saldo más amargo del Plan B fue ver cómo senadores y diputados votaban alegre e impunemente por violar la Constitución. Lo hacían con plena conciencia, de manera premeditada y por el sólo hecho de tener mayoría simple en las dos cámaras.

El ilegal y tortuoso proceso legislativo con el que se aprobó la reforma del presidente obliga a preguntar:

¿Tener más curules que otros partidos otorga superioridad política y moral para violentar la Constitución, destruir al INE y aplastar la democracia?

La aprobación de una iniciativa que fue pensada para dañar al país abre enormes desafíos. ¿Por qué un diputado o un senador puede votar impunemente a favor de un proyecto que busca dar un golpe a la Constitución, sin que pase nada?

Los diputados y senadores de Morena violaron la Constitución para regalarle a López Obrador el 24.

Descuartizaron al órgano electoral para que el presidente pueda imponer a su sucesor o sucesora sin obstáculos. Una parte del Poder Legislativo se alió al Ejecutivo para acabar con la vida institucional del país. Juntos tramaron dar un golpe al voto libre y a la certeza electoral para beneficiarse.

Lo que hemos vivido en estos días deja ver que la integridad del constitucionalismo mexicano está en peligro. Que López Obrador y su régimen ya no se rigen por la Carta Magna sino a partir de códigos e intereses estrictamente personales.

La aprobación del Plan B representa el inicio de un proceso de desconstitucionaización y la entrada a un Estado totalitario que buscará consolidarse con un INE desmantelado incapaz de impedir que haya elecciones de Estado.

Si la Corte no impide el atraco, avalará que el país regrese a los tiempos de la violencia y la inestabilidad política.

La reforma aprobada socava la confianza y la certeza de los resultados electorales. Deja de haber garantías para que el voto sea correctamente contado y respetado. Pone a México en el terreno de la duda y la desconfianza política.

Propicia que la lucha por el poder se resuelva -otra vez- por la vía de las armas y ya no a través de las urnas.

El Plan B beneficia y protege a los principales aliados del Presidente. Al PT y al Verde les regala fraudulentamente votos para que no pierdan el registro y a los narcos evita mencionarlos para que sigan metiendo votos a favor de Morena.

Pero eso sí, se castiga los derechos políticos de las mujeres.

Al mismo tiempo que México se abstenía en la ONU de sancionar a Irán por reprimir a quienes se niegan a utilizar el velo, aquí se votaba por acabar con la paridad de género en las candidaturas.

La demolición del INE implica la demolición de muchos derechos y libertades. De muchas luchas y conquistas. Hoy la Corte tiene la última palabra. Le toca tomar una decisión histórica y definitiva.

Los ministros sólo tienen dos opciones:

Defender la Constitución o avalar al déspota.
Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.