La camioneta de la señora Mariana

Nada se compara con tener contenta a la patrona. Mucho menos, a los dos patrones, al local y al global.

De alta gama. No faltaba más. La dueña de sus pagos se lo merece.

No va a desentonar con ninguna de las señoras del Club Campestre. Todo whitemexican girl debe conducir un vehículo con conciencia ecológica. 

Sus vueltas al DIF o la oficina de sus amores. Dedicar el tiempo a sus chabacanos de oro en el centro Capullo. 

El tres veces doctor, Don Samuel Alejandro García Sepúlveda, siguió los consejos de la familia. Ya vez Mariana no te ha podido acompañar, por consejo médico, y en contra de su voluntad, a los viajes de negocios en Europa y por los Estados Unidos. 

Olvida los dos millones y medio de costo. Si hasta regalada te la pueden ofrecer el concesionario. Con tal de ayuda fiscal o consejos de primera mano, para invertir a futuro en Nuevo León. 

A falta de material mental, los dichos populares, Samuel ya distinguió a su esposa.

La hace feliz. Infinitamente.

Llegar a la oficina o al hogar es idéntico. Manejo en el control de ira. Situaciones de alta presión, esa se las deja a sus gestores en Movimiento Ciudadano y a los pocos, pero muy rijosos, diputados naranjas en el congreso de Nuevo Nuevo León. 

A poco, como a nadie, se ha hecho la pregunta correcta. Alcanza el sueldo de gobernador para pagar un vehículo premium mundial. Tal vez no con lo registrado en transparencia.

Tal vez sí, con las labores de sus negociadores con Musk. 

Nada se compara con tener contenta a la patrona. Mucho menos, a los dos patrones, al local y al global.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.